Anoche murió asesinado mi mejor amigo, mi compañero del alma, el ser mas adorable del universo, mi Foski, mi perrito. Más noble y más "humano" que muchas de las personas que he conocido en mi vida.
Derrochando simpatía por los cuatro costados, zalamero como ninguno, era la alegría de la casa. El primero en recibirme cuando atravesaba el umbral de la puerta, el último en darme las buenas noches, y decirme cada día a su manera, gracias por existir. Si un día me encontraba mal, él, de alguna forma, lo percibía y allá que iba moviendo su rabito para hacerme alguna de sus tonterías y animarme. Generoso y desinteresado, rebosante de energía positiva, un amor sobre cuatro patas, Foski era simplemente el cariño "hecho perro".
Un animalito, "deshecho" de alguna cacería, que hasta su vejez, solo había conocido el maltrato y el abandono, que fue rescatado de un cepo en el que casi perdió una de sus patas y su vida. Lo encontré en una perrera, dejandose morir, sin fuerzas, con un hilo de vida, tiritando de frío y con la mirada perdida en un rincon de la jaula. Tan agradecido estaba de que lo hubiera sacado de aquel infierno que creo que él ya era feliz sólo con respirar el mismo aire que yo.
Costo muchisimo trabajo y esfuerzo sacarlo adelante, tenia leishmania, erlichia, anemia, pero con sus ganas de vivir lo conseguimos....
Pero anoche, algún desalmado, algún ser inhumano, alguien que nunca debió haber nacido, escondido tras algún arbusto o desde una terraza, lo asesino en el parque mientras mi hija pequeña lo paseaba como todos los días. No fue un accidente, no, le pegaron dos tiros, uno en la boca y otro que le atravesó en el corazón. Ese corazoncito lleno de vida dejo de latir pocos minutos después.
A petición mía, mi veterinario procede a realizarle una necropsia, así como diversas pruebas ecográficas y radiológicas, y concluye que Foski no ha muerto por causas naturales sino por los daños producidos por uno de los dos perdigones que penetraron en su cuerpo.
Concretamente, el informe veterinario, realizado por el Dr. Juan Carlos Olalla de Mingo, colegiado nº 2608 de Madrid, determina que la causa del fallecimiento es una hemorragia interna en la cavidad torácica (hemotórax) debido a la perforación intercostal-pleural y pericárdica de un perdigon de copa alojado en el hemisferio torácico izquierdo con abundante sangrado y coágulos que provocaron un shock hipovolémico y el fallecimiento de forma aguda del animal.
Quiero hacer publica esta denuncia, hacer un llamamiento a la conciencia de las personas que elaboran las leyes y a los que las aplican. Este asesinato no debería quedar impune, pero muy probablemente, y por desgracia, así será. Parece ser que por ahí hay alguien que se cree superior, con poder para decidir sobre la vida de otros seres vivos, y lo que es peor, con capacidad para quitársela a su antojo. Se trata de matar por placer.
Si a las autoridades competentes no les importa la vida de un perro, al menos deberían preocuparse en investigarlo por la seguridad de sus vecinos, de sus propios hijos, porque todos los estudios realizados sobre malos tratos a personas y sobre asesinos, afirman que todos estos psicópatas empezaron maltratando y asesinando animales indefensos, aquellos que no tienen voz, al menos no en este país.
No podemos evitar que nazca un psicópata asesino, pero si que éste pueda hacer y deshacer a su antojo y de forma totalmente impune. Exijamos unas leyes mas eficientes y eficaces, unas leyes de protección animal acordes con la realidad. Basta ya de tanto egocentrismo humano, no somos el centro del universo, dejemos de creernos seres superiores y con capacidad para dominar y aniquilar a cualquier otro ser vivo, sin motivo y sin después rendir cuentas a nadie.
Anoche murió mi fiel compañero y mi amigo, mi Foki, nunca dejare de echarlo de menos, nada me lo devolverá, pero no quiero ni puedo permitir que esto quede así y caiga en el olvido.
Cristina Muñoz
( Irina, administradora de Animales Sin Hogar)
Madrid, 13 de Noviembre del 2010